‘Slow travel’, la tendencia que nos invita a viajar de otra manera: le contamos los destinos ideales para desconectarse

En contraposición al turismo frenético, la elección de ‘viajar sin prisas’ cobra cada vez más popularidad en redes. Una guía con algunos destinos más cercanos a la idea de desconectar. Unos turistas bastante singulares se abren paso, en silencio, dentro de la marea de millones y millones de personas que en cada período de vacaciones salen en estampida hacia los destinos más populares del mundo. Suelen ir en contravía: van a otros lugares, con otros objetivos en sus cabezas y, normalmente, tratan de no coincidir con los llamados ‘éxodos de verano’.

Nov 27, 2024 - 21:16
‘Slow travel’, la tendencia que nos invita a viajar de otra manera: le contamos los destinos ideales para desconectarse

Se trata de los amantes del slow travel, un término que significa, literalmente, ‘viajar despacio’. Son viajeros que huyen del turismo masificado y frenético, de los paquetes de viaje, de los alojamientos con ‘experiencias’ que colman el día, de las pulseritas del ‘todo incluido’ y del famoso ‘conozca 12 países de Europa en 20 días. 

El slow travel es una tendencia cada vez más popular en las redes sociales. De hecho, su hashtag ya supera el millón de publicaciones en Instagram. Hablamos de gente que quiere vacacionar con calma. Por ello, a veces eligen destinos alejados, incluso rústicos, donde las variables de tranquilidad, aire puro y naturaleza suelen tener un peso muy importante.

Como ya habrán imaginado, esta práctica es otra hija del movimiento slow, que nació en Italia a finales de los años 80 cuando, en protesta por la apertura de una tienda de McDonald’s en la Piazza di Spagna, en Roma, se creó la organización Slow Food: un movimiento en contra de la llamada ‘comida rápida’ o fast food , pero también en defensa de la práctica de cocinar, del consumo de alimentos no procesados, de estación y locales, así como del derecho a comer sin afanes de ninguna índole.

La expresión slow travel hace parte de la misma filosofía y su invitación es a dar un salto hacia un enfoque más consciente y sostenible a la hora de viajar, es vez de, simplemente, ‘consumir lugares’ a un ritmo frenético.

La idea principal del slow travel es tomarse el tiempo necesario para conocer un lugar y sumergirse en él y en la cultura local sin prisas de ningún tipo, y respetuosamente, para así poder disfrutar de lo que ese sitio ofrece: desde su gastronomía y paisajes, hasta su propia gente. La antítesis de esos turistas que corren de un lugar a otro para ‘chulear’ una lista de destinos que visitan de forma fugaz y con los que apenas tienen contacto en una carrera constante donde lo único que normalmente queda es una selfi.

El slow travel es una forma de viajar que se enfoca en disfrutar la experiencia del viaje en sí misma, en lugar de simplemente visitar el mayor número posible de destinos o ‘atracciones’ en el menor tiempo posible. Y se sustenta en la necesidad de bajar el ritmo porque, precisamente, vivimos en un mundo donde nos la pasamos todo el año corriendo. Con lo cual resulta perfectamente absurdo hacer exactamente lo mismo en nuestras vacaciones, donde se supone que el objetivo es descansar, disfrutar, recargar baterías y reconectarnos con nosotros mismos.

Utilizando una metáfora: es lo mismo que en vez de disfrutar de un gran plato, lentamente, bocado a bocado, apreciando cada detalle, nos lo embutimos en 15 minutos porque hay que ir a ‘otro restaurante, a probar otro plato’. Una carrera absurda de la cual volverá no solo más cansado que cuando partió, sin con un mal sabor en la boca.

La que sigue es una lista de algunos destinos que los amantes de esta tendencia promueven en redes sociales.

1. La Cumbrecita, Argentina.

Ubicado en la sierra argentina de Córdoba, este encantador pueblito es a su vez una reserva natural y peatonal. Esto quiere decir que los coches están prohibidos no solo en el centro de la ciudad, sino en sus alrededores. Para los amantes de las rutas y las caminatas este es un destino ideal. Porque, en contraposición a los incansables viajes por carretera con decenas de paradas para cumplir con una agenda llena de actividades, La Cumbrecita ofrece una pausa en el camino, un refugio alejado de la contaminación y prisas de las ciudades, y un lugar en el que disfrutar de los encantos de la naturaleza, la arquitectura y la gastronomía local... Sin prisas.

2. Morro de São Paulo, Brasil.

Si se trata de slow travel, un destino infalible suelen ser los balnearios en lugar de las playas, pero... ¿Y si pudieran ser las dos cosas? Pues es posible en el pueblo brasileño de Morro de São Paulo. Una playa hecha balneario, con un clima agradable todo el año, arena blanca y aguas tibias y cristalinas dignas de postal, rodeadas a su vez de abundante vegetación, motivo por el cual no se puede circular en vehículos, pero sí en lanchas. Esto permite, a su vez, un tour calmado por el archipiélago de Cairu mientras se disfruta del medioambiente.

3. Hydra, Grecia.

La isla de Hydra o Hidra, en el mar Egeo, ha hecho de su inaccesibilidad parte de su encanto. Aquellos que quieran llegar hasta ella pueden tomar un barco en Atenas. Al llegar, sentirán que han entrado en un micromundo de lujo y descanso, pues ha sido plató de varias películas y son muchos los famosos que la han elegido como destino turístico, entre ellos Mick Jagger, Sofía Loren o Leonard Cohen. De hecho, muchos VIP tienen en esta isla sus residencias de verano para disfrutar de la paz viviendo despacio.

4. Cabo Polonio, Uruguay.

Otro balneario idílico. Se encuentra en Castillos, en el departamento de Rocha, en Uruguay, y forma parte de un parque nacional frente al cual se extienden playas propias de una fotografía a las que baña el océano Atlántico y en el que hay una reserva protegida de lobos marinos. En este lugar, las viviendas no tienen energía eléctrica, lo que lo hace ideal para la desconexión. Accesible a caballo o en 4 × 4, es ideal para aquellos a los que les apetece conducir entre kilómetros de dunas y bosques (en concreto, siete kilómetros para llegar). Sin duda es un destino para vivir en slow mode.

5.  Zermatt, Suiza.

En los Alpes suizos se encuentra esta comuna que es, a su vez, un resort ideal para los amantes del esquí, el senderismo y el turismo de montaña. Es, además, un destino libre de ruido. Y es que solo se puede acceder al lugar a través de un tren especial, mientras que por dentro de Zermatt solo se permiten vehículos eléctricos, y la mayoría de viajeros se mueven a pie, disfrutando de un entorno de paz y serenidad.

6. Caleta Tortel, Chile.

Situado en el sur del país andino, Caleta Tortel es un poblado peatonal que hará las delicias de los amantes del turismo natural, pero, además, con un encanto y originalidad disponibles en pocos lugares del mundo. Para llegar hay que transitar por la mítica Carretera Austral, recorrido que no pocos hacen en bicicleta, o si se viene desde más al sur, tomar un ferri desde Puerto Natales. Sus viviendas están construidas sobre madera de ciprés, muchas de ellas sobre palafitos, y se comunican mediante pasarelas. Hablamos de meterse al corazón de la Patagonia chilena y de glaciares, islas, canales y fiordos que enamorarán a quien llegue hasta aquí.